Residuos peligrosos, ¿qué se hace con ellos?

En la Unión Europea se generan alrededor de 40 millones de toneladas de residuos peligrosos al año. Este tipo de residuos son aquellos que representan un peligro para la salud y el medio ambiente. Y están por todas partes: en la agricultura, en la industria, en los comercios, los hospitales e incluso en el ámbito doméstico.

Es importante tener muy claros los procedimientos para la gestión de residuos peligrosos, para evitar problemas, tanto legales como de seguridad.

La normativa europea marca una serie de pautas para esa gestión de residuos peligrosos:
-    Minimizar su cuantía y peligrosidad.
-    Recuperar las materias que se puedan para su reintroducción y reutilización. 
-    Reciclar para obtener materias primas de otros procesos.
-    Aprovechar y adecuar los residuos peligrosos para su valorización energética.
-    Confinar en depósitos de seguridad o incinerar aquellos residuos que no se puedan recuperar.

Los productores de residuos peligrosos deben separarlos bien y no mezclarlos, para evitar el aumento de su peligrosidad o para no dificultar su gestión. Además hay que envasar y etiquetar según la normativa los recipientes que los contengan y llevar un registro de los mismos. También deben suministrar a las empresas autorizadas para la gestión de residuos la información necesaria para su adecuado tratamiento y eliminación.

Por lo que respecta al transporte, las empresas de gestión de residuos deben cumplir con la normativa de transportes ADR, un acuerdo europeo que regula el transporte internacional de mercancías peligrosas por carretera. Es el caso de Leonardo. Nuestros vehículos están adaptados a las nuevas modificaciones del ADR 2017 para la gestión de residuos peligrosos en Valencia y también para la gestión de residuos industriales. Así, las empresas pueden estar seguras de que la gestión de residuos en Valencia se realiza de manera correcta y segura.

Tras la recogida, los residuos peligrosos son transportados y almacenadas en las estaciones de transferencia. Allí se identifican, clasifican y se agrupan según su destino final. Las alternativas son tres: valorización (reciclaje), almacenamiento o eliminación. En el caso de la recuperación y valorización, dependiendo del tipo de residuo que sea se realizará un tratamiento u otro. No es lo mismo la recuperación de residuos de disolventes, que la regeneración de aceites industriales usados, de pilas o de residuos de hospitales. Es la alternativa más productiva ya que, después de un proceso muy cuidado, los residuos peligrosos se convierten en materia prima que se puede volver a utilizar.

En el caso de incineración se consigue reducir considerablemente el volumen de residuos para ser confinados de una manera más práctica. A la vez se aprovecha la energía que contienen para la generación de electricidad. 

Por su parte, el almacenamiento se realiza en depósitos controlados para residuos peligrosos. Estos depósitos son unas instalaciones dotadas de medidas de seguridad elevadas para garantizar el confinamiento de los residuos y evitar el impacto potencial sobre la calidad de las aguas subterráneas. Además, previamente los residuos pasan por un proceso de eliminación de tóxicos y de reducción para su mejor almacenamiento. 

La gestión de residuos peligrosos exige un tratamiento específico y muy exigente. Por eso es conveniente que la realice una empresa especialista, como Leonardo. En Leonardo nos aseguramos de procesar los residuos peligrosos de nuestros clientes siguiendo la normativa vigente y con altas medidas de seguridad. Además, ofrecemos nuestro servicio de asesoramiento medioambiental para que nuestros clientes puedan obtener todos los certificados necesarios y superar con éxito todas las inspecciones.